
Capturando imágenes en un mundo a alta velocidad
Si un rasgo distingue a las sociedades contemporáneas es el crecimiento vertiginoso de la población y su congestión en las zonas urbanas, hecho que ha determinado la reconfiguración del entramado de nuestras ciudades para abrir paso a infraestructuras que nos conecten.
Nos urge la movilidad, y cuando nos trasladamos, buena parte de las veces utilizamos el transporte público; pero al hacerlo, queremos contar con sistemas que nos garanticen un viaje rápido, placentero y, sobre todo, seguro. En este afán de sentirnos protegidos, allá donde vayamos, hemos encontrado un poderoso aliado: las cámaras embarcadas para la vídeovigilancia a bordo.
¡Tengo una cámara y no dudaré en usarla!
Las redes de transporte público son estructuras sensibles, complejas y a la vez vulnerables que necesitan estar activas todos los días del año, ya que movilizan a millones de personas ininterrumpidamente. La protección de los pasajeros y la tripulación es una de las misiones prioritarias para cualquier operador de este servicio. En tal sentido, las cámaras embarcadas en autobuses, trenes o el metro, y los sistemas inteligentes de vídeovigilancia a los que estas se enlazan, han venido ganando terreno en los últimos tiempos como herramientas probadas para garantizar la seguridad mientras estamos en movimiento.
El solo hecho de contar con cámaras a bordo es un elemento que disuade a los posibles perpetradores de incurrir en acciones ilícitas, o actitudes violentas. De igual manera, su implementación ayuda a disminuir la ocurrencia de hechos vandálicos y daños a la flota, permite la detección de situaciones anómalas y la oportuna toma de decisiones, ya que las imágenes pueden ser monitorizadas y enviadas en tiempo real a los centros de control y las autoridades competentes. Podemos, en muchas ocasiones, anticiparnos al problema. Pero no solo nos alertan sobre actividades delictivas, también podemos hacer frente a otras condiciones que presenten los viajeros como emergencias médicas o pérdidas de equipaje, atención ante accidentes, entre otras situaciones probables.
En dependencia de la tecnología de cámara que utilicemos y su vinculación con aplicaciones como las de geolocalización, podremos conocer en todo momento dónde se encuentra y qué acontece en cada unidad de nuestra flota. Igualmente, al contar con la capacidad de grabar en alta definición y registrar una serie de acciones durante el trayecto, tendremos un mayor control sobre el comportamiento de los conductores y podremos comprobar si se excedió el límite de velocidad, si hubo desvíos del recorrido original, paradas no establecidas, u otro tipo de maniobras no planificadas. Las cámaras son una fuente confiable para verificar si la conducta seguida fue o no correcta.
Por otra parte, las cámaras a bordo son una ayuda inestimable en la investigación forense, por ejemplo, para la reconstrucción de escenas en caso de accidentes, ya que ofrecen mayor claridad sobre los detalles y circunstancias que conllevaron a la ocurrencia de determinado hecho.
Para verte mejor
¿Cualquier cámara es buena para instalar a bordo en el transporte público? ¿Con todas obtendremos las mismas ventajas de las que hemos hablado? Por supuesto que no. En buena medida los beneficios que consigamos dependerán de la calidad del sistema y los dispositivos que instalemos, sus funciones y alcance. La vigilancia móvil trae un conjunto de requerimientos y desafíos, por lo que las cámaras embarcadas deben estar diseñadas para sortear con creces los posibles obstáculos que se presenten en la vía. Entre otras características:
- Deben ser capaces de grabar con alta calidad bajo cualquier circunstancia, aunque haya fuertes impactos, movimientos bruscos y vibraciones.
- La imagen tiene que ser captada con nitidez y de manera continua, aun cuando las condiciones climáticas sean adversas: altas y bajas temperaturas, lluvia, nieve y neblina. Las cámaras deben ser resistentes a estos entornos.
- Deben tener un alto nivel de precisión —incluso mayor que la del ojo humano—para poder adaptarse a condiciones de luminosidad cambiante. Es muy importante que incorporen opciones avanzadas como, por ejemplo, un amplio rango dinámico (WDR), característica presente en algunos modelos, que permite ver más información en las zonas críticas de la imagen y gestionar de forma mejorada distintas condiciones en cuanto a luces y sombras dentro una misma escena.
- Para una mayor optimización de recursos, deben hacer uso de modernas tecnologías para el procesamiento de imágenes y contar con códecs de comprensión que no afecten la calidad, pero demanden poco ancho de banda y almacenamiento.
- Los resultados que ofrecen deben poderse integrar a otras plataformas y sistemas para la analítica de vídeo y una seguridad más completa.
Certezas y tendencias
¿Qué escenarios se avizoran en cuanto al uso de la vídeovigilancia embarcada? ¿Es solo una moda pasajera o su uso seguirá en aumento?
En 2015, la Unión Internacional de Transporte Público (UIPT) y la empresa Axis Communications trataron de responder interrogantes similares y para ello realizaron una encuesta a organizaciones de transporte público. El estudio reveló las tendencias internacionales en el uso de esta tecnología y mostró predicciones en cuanto a las necesidades del sector y su futuro desarrollo. En el 2018 se llevó a cabo una nueva investigación que permitió observar la evolución lograda durante esos tres años. Como resultado, se pudo comprobar que muchas de las expectativas del 2015 se habían materializado y en algunas áreas el crecimiento había sido asombroso.
Entre algunos datos interesantes podemos destacar que:
- El 95 % de los encuestados declaró que poseía sistemas de vigilancia por vídeo, mientras que el 5 % restante planeaba instalar alguno durante el próximo año, datos que demostraban que dicha tecnología había tenido un crecimiento exponencial en la red de trasporte público.
- El promedio de cámaras por red se había incrementado en casi un 70 %, al comparar un año con otro, y la cobertura de las mismas ya no solo se concentraba en las áreas con presencia de pasajeros, sino que se había extendido a otras locaciones.
- Se constató un incremento en cuanto a la instalación de estas tecnologías en el parque móvil, además de enormes avances en la digitalización de la vídeovigilancia. La cantidad de redes de transporte que solo utilizaban cámaras analógicas había decrecido, desde un 25 % en el 2015 hasta un 18 % tres años después.
- Las actualizaciones y las nuevas instalaciones mostraban una preferencia por lo digital, pero el salto más grande se había dado en el empleo de los sistemas híbridos. Se notaba, igualmente, un marcado cambio hacia los sistemas digitales de vigilancia; sin embargo, como había predicho el estudio del 2015, el legado de los sistemas analógicos perduraba y se preveía que seguiría estando presente en el futuro inmediato.
- Entre todas las áreas en crecimiento, resaltaban las inversiones en tecnología en tiempo real, analítica y otras técnicas avanzadas, resultado comprensible si tomamos en cuenta que a medida que ha ido en ascenso el número de cámaras, se ha hecho necesario desarrollar sistemas cada vez más inteligentes para gestionarlas.
Cartronic Group es distribuidor de equipos y soluciones para vídeovigilancia embarcada, así mismo para estaciones de trenes, autobuses y aeropuertos. Para mayor información, puedes contactar con nosotros.